Actualmente es muy difícil encontrar amigos para toda la vida, tan difícil que para poder alcanzar buenas amistades siempre hay que sacrificar algo. Tanto si te encuentras en el norte o te encuentras en el sur, puedes alcanzar buenas amistades sin dar mucha información. Gente que no te juzgará por tu aspecto físico o tu forma de caminar, o gente que no se alejará si algún día dejas de sonreir.

Todo lo bueno tiene su lado malo, y es que pierdes la seguridad de siempre estar con esa persona. Pasan días, semanas, meses y años y llega un punto donde esa persona desaparece sin avisar. Todos los buenos momentos vividos y las largas conversaciones llegan a parar al olvido, donde pierdes el rastro de ese amigo y todo se va igual que vino.

Pasan tantos años que el sonido de notificación deja de ser un punto de encuentro, y pasa a ser un recuerdo. Las empresas siguen adelante, y se llevan todo el historial y los contactos del pasado. Comienzas a cuestionar qué pasó con tu amigo, aquel con el que pasabas madrugadas conectado a un hilo. Un hilo que rodea todo el mundo, conectando fronteras y muros pero no revela si tu amistad sigue en el mundo.

Realmente no sabes si fue porque perdió la contraseña, o si se aburrió de tanto bulo, pero solo esperas que esa persona aún recuerde que en su momento fueron dos amigos contra el mundo. Todos los días que despierto, me inquieta saber que en algún momento solo seré una etapa para la persona detrás de la tapa.

Cada vez que peleamos, cada vez que nos bloqueamos, yo por dentro estoy llorando por si nuestra amistad acaba en el fango. En el fondo solo pienso:

Por favor, nunca me olvides.

Miles de amigos se perdieron en la transición de Amino a Discord, y los que quedan, se irán en cualquier momento. La impotencia de saber que perderás a quienes amas te rompe por dentro, tanto que los días offline se hacen eternos. Saber que puedes perder a quienes quieres por una simple discusión, y luego perderles el rastro por completo es como un cuchillo que te impide disfrutar de los días de gloria de una aplicación que en el futuro acabará en el olvido.