Te necesito más que nunca

 ¿Dónde estás? Llevas toda la vida aquí, pero te has ido. Te has llevado todo, absolutamente todo. Te llevaste mis amistades, mis gustos, mis pensamientos, mis prioridades, mi forma de ser, mi personalidad, te lo has llevado todo.

¿Cómo pudiste ser tan cruel? Sabías cuanto me importaba. Aún así te fuiste de la nada, causaste desastre, me dejaste solo y ahora ya solo quedan los recuerdos. No sabes cuanto me arrepiento de dejarte ir tan fácilmente. Yo era solo un niño, y me hiciste llorar. No una vez, no dos. Aún me haces llorar.

No sé donde está todo lo que te llevaste. Por más que trato de buscar no lo encuentro. Dejaste algunos rastros, pero no consigo comprenderlos. Necesito que me des otra pista, necesito que sigamos jugando. Que no importe si el cielo se pone gris y sientas que el timbre del recreo ya va a sonar.

Dile a los demás que esperen, sigue escavando con una pala y un cubo de plástico, sigue jugando a las flores con tu amiga. Qué más da. En algún momento el timbre no volverá a sonar, así que disfrútalo. Dale un abrazo a todos de mi parte y llévale piedras y flores amarillas a tu madre.

Espero que en algún momento vuelvas conmigo, te perdono todo. Me diste tanto, me enseñaste tanto. Te echo mucho de menos, demasiado. Los días ya no son iguales y los colores ya no son tan bonitos sin ti. No puedo encontrarle el sentido a la vida, pero contigo no importaba.

No recuerdo cuándo te fuiste, no sé si fue progresivamente o del día a la noche. Solo quiero agradecerte por toda la felicidad que me diste cuando aún estabas presente. Siempre te amaré aunque nunca te pude conocer, pero eres la mejor parte de mi que ahora descansa en algún lugar desconocido.

El silencio hace mucho daño

 Cada día siento aún más que la gente se aburre de mi, y que ya no sirvo para nada. Antes solía tener a mucha gente a mi alrededor, yo me sentía cómodo y feliz con todos. A medida que iba pasando el tiempo, yo sentía que ya esa gente se iba distanciando de mi dejando un silencio que para mi sonaba tan fuerte que los demás no lo podían escuchar.

A veces siento que todo va a mejor, que encuentro a nuevos amigos y que estos sí se van a quedar y no me van a abandonar, sin embargo vuelve a ocurrir lo mismo tras lo mismo, haciendo que me acostumbre al silencio que lentamente va absorbiendo todas mis ganas de vivir. Nunca logré acostumbrarme al silencio a tiempo, lo que hizo que quisiera volver atrás cuando ya era demasiado tarde.

Las únicas personas que rompen el silencio suelen ir y venir, pero en el fondo no soy nada para ellos. Me dejarían en silencio cuando acaben sus intereses. Nunca existirá alguien que me acompañe para toda la vida, me toca vivir de espectador viendo como hay grupos de personas inseparables de los que nunca formaré parte.

Siempre fui alguien secundario en cualquier grupo, es más, desaparecería y ni se darían cuenta. Suelen ignorarme o responder sin querer hacerlo, así que quizás al final para ellos sería mejor que desapareciese para ellos no tomarse la molestia de responderme o conversar conmigo.

Cada vez tengo menos fuerzas para combatir con el silencio que retumba en mi cabeza haciendo querer estallar, tengo que seguir adelante pero no puedo. Me siento pésimo, me siento basura, me siento estorbo, me siento de relleno. Quiero por fin ser alguien. Quiero tener gente a mi alrededor. Quiero sentirme incluido.

Quiero aislarme del silencio.

Actualmente es muy difícil encontrar amigos para toda la vida, tan difícil que para poder alcanzar buenas amistades siempre hay que sacrificar algo. Tanto si te encuentras en el norte o te encuentras en el sur, puedes alcanzar buenas amistades sin dar mucha información. Gente que no te juzgará por tu aspecto físico o tu forma de caminar, o gente que no se alejará si algún día dejas de sonreir.

Todo lo bueno tiene su lado malo, y es que pierdes la seguridad de siempre estar con esa persona. Pasan días, semanas, meses y años y llega un punto donde esa persona desaparece sin avisar. Todos los buenos momentos vividos y las largas conversaciones llegan a parar al olvido, donde pierdes el rastro de ese amigo y todo se va igual que vino.

Pasan tantos años que el sonido de notificación deja de ser un punto de encuentro, y pasa a ser un recuerdo. Las empresas siguen adelante, y se llevan todo el historial y los contactos del pasado. Comienzas a cuestionar qué pasó con tu amigo, aquel con el que pasabas madrugadas conectado a un hilo. Un hilo que rodea todo el mundo, conectando fronteras y muros pero no revela si tu amistad sigue en el mundo.

Realmente no sabes si fue porque perdió la contraseña, o si se aburrió de tanto bulo, pero solo esperas que esa persona aún recuerde que en su momento fueron dos amigos contra el mundo. Todos los días que despierto, me inquieta saber que en algún momento solo seré una etapa para la persona detrás de la tapa.

Cada vez que peleamos, cada vez que nos bloqueamos, yo por dentro estoy llorando por si nuestra amistad acaba en el fango. En el fondo solo pienso:

Por favor, nunca me olvides.

Miles de amigos se perdieron en la transición de Amino a Discord, y los que quedan, se irán en cualquier momento. La impotencia de saber que perderás a quienes amas te rompe por dentro, tanto que los días offline se hacen eternos. Saber que puedes perder a quienes quieres por una simple discusión, y luego perderles el rastro por completo es como un cuchillo que te impide disfrutar de los días de gloria de una aplicación que en el futuro acabará en el olvido.

¿Por qué yo no?

La mayoría del tiempo en el que observas las demás personas, te das cuenta de que la mayoría de las personas que te rodean son felices y se sienten acompañados, mientras tú intentas sobrellevar el desorden mental que no te permite ser lo que eres y a la vez te obliga a ser lo que la mayoría quiere que seas.

Escuchar a los demás reír ya no causa felicidad, solo te hace recordar lo solo que estás. Lo mismo ocurre cuando accidentalmente entras a un vídeo en directo de una "amiga" solo para ver que te andan criticando y riéndose de ti sin saber que estás viendo todo eso.

Se siente horrible saber que una persona que tanto querías ha resultado tener dos caras y mostrarte la cara falsa en lugar de la verdadera. Lo que más duele es saber que en lugar de hacertelo saber prefieren usarte como la broma de la fiesta para aprovechar tu existencia. Saber que te hablaban no solo por conversar, y que no se reían contigo, se reían de ti.

Todo vuelve al mismo bucle el día que decides ignorar esos comentarios para estar en compañía de personas, por muy falsas que sean. Es cierto que es mejor estar solo que mal acompañado, pero cuando has estado solo tanto tiempo, lo único que importa es sentirte cerca de alguien.

Te cuesta darte cuenta de que esas personas que amabas no eran lo que parecían, y decides quedarte con la parte buena que conoces para no alterar los recuerdos. Es como tapar una herida, no se ve, pero se siente. Piensas que algún día esa persona cambiará y será quien conoces, pero por dentro sabes que esa persona nunca cambió y nunca cambiará.

Entonces piensas "¿Por qué yo no?", "¿Por qué yo no puedo ser como ellos?", "¿Por qué yo no puedo ser feliz?"

"¿Por qué yo no puedo ser NORMAL?"

Y nada cambia.

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