Nunca antes me había sentido así, es algo distinto, algo bueno. Ya no me quedan lágrimas para llorar, pero me siento con más fuerzas de parar todo lo malo y quedarme solo con lo bueno.
Dejar de pensar en lo malo y pensar en lo positivo, darme cuenta de que tengo toda una vida por delante, y tiempo suficiente para darle la vuelta completa a todo.
Darle la vuelta a las nubes, a mi corazón, a mi mente, a mis sentimientos, y a este teclado desde donde solo escribo cosas malas. Ya es hora de dejar de odiarme y de cambiar el futuro.
Nunca es tarde, nunca.
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